Autora: Ana Muñoz

Todas las funciones del organismo se encuentran reguladas por dos sistemas de control fundamental: 1) el nervioso, y 2) el hormonal o sistema endocrino. En general, el sistema endocrino se relaciona sobre todo con las diversas funciones metabólicas del organismo.

Por otra parte, existen múltiples interrelaciones entre estos dos sistemas. Por ejemplo, la médula suprarrenal y la hipófisis posterior secretan sus hormonas sólo como respuesta a estímulos nerviosos. A su vez, las diferentes hormonas hipofisarias controlan el funcionamiento de la mayor parte de las glándulas endocrinas.

El sistema endocrino está formado por un grupo de órganos llamados glándulas de secreción interna cuya función principal consiste en producir hormonas y secretarlas al flujo sanguíneo. La función de las hormonas consiste en actuar como mensajeros, de forma que se coordinen las actividades de diferentes partes del organismo.

Los órganos principales del sistema endocrino son el hipotálamo, la hipófisis (glándula pituitaria), la glándula tiroides, las glándulas paratiroides, los islotes del páncreas, las glándulas suprarrenales, los testículos y los ovarios. Durante el embarazo, la placenta actúa como una glándula endocrina además de cumplir con sus otras funciones específicas.

A veces, la hipófisis es también llamada “glándula regidora”, porque coordina muchas funciones de las demás glándulas endocrinas. Algunas hormonas hipofisarias tienen efectos directos, otras solamente controlan la velocidad con la que diversos órganos endocrinos secretan sus hormonas. La hipófisis controla la tasa de secreción de sus propias hormonas a través de un mecanismo conocido como “retroalimentación”, en el cual los valores en la sangre de otras hormonas indican a la hipófisis si debe disminuir o aumentar su producción. No todas las glándulas endocrinas están bajo el control de la hipófisis; algunas responden de forma directa o indirecta a las concentraciones de sustancias en la sangre:

Muchos órganos secretan hormonas o sustancias semejantes a hormonas, pero generalmente no son considerados como parte integrante del sistema endocrino. Algunos de estos órganos producen sustancias que actúan únicamente en las zonas más cercanas al punto de su liberación, mientras que otros no secretan sus productos dentro del flujo sanguíneo. Por ejemplo, el cerebro produce muchas hormonas cuyos efectos están limitados al sistema nervioso principalmente.

Las hormonas

Las hormonas son sustancias que, liberadas dentro del flujo sanguíneo desde una glándula u órgano, regulan la actividad de las células en otras zonas del organismo. La mayoría son proteínas compuestas de cadenas de aminoácidos de longitud variable. Otras son esteroides, sustancias grasas derivadas del colesterol. Su característica fundamental es que en pequeñas concentraciones pueden provocar efectos notables en el organismo.

Las hormonas se adhieren a los receptores que están sobre la superficie de la célula o dentro de ella. La unión con un receptor aumenta, disminuye o altera de alguna otra forma la velocidad del funcionamiento de la célula. Finalmente, las hormonas controlan el funcionamiento de órganos enteros. También regulan el crecimiento, el desarrollo, la reproducción y las características sexuales. Por otro lado, influyen en la manera en que el cuerpo utiliza y almacena la energía, y también controlan el volumen de líquidos y las concentraciones de sal y azúcar en la sangre. Algunas hormonas afectan a uno o dos órganos, mientras que otras tienen efectos generales.

La mayor parte de las hormonas de acción general son secretadas por glándulas endocrinas específicas. Por ejemplo, la adrenalina y noradrenalina son secretadas por la glándula suprarrenal como reacción a la estimulación del sistema nervioso simpático. Estas hormonas, cuando son liberadas a la circulación general, llegan a todos los tejidos del organismo produciendo reacciones muy diferentes, en especial contracción de los vasos sanguíneos y aumento de la presión arterial.

Algunas de las hormonas generales afectan todas o casi todas las células del organismo. Así, la hormona del crecimiento de la hipófisis anterior hace crecer todas o casi todas las partes del cuerpo, y las hormonas tiroideas, producidas en la glándula tiroides, incrementan la magnitud de la mayor parte de las reacciones químicas en casi todas las células corporales.

Sin embargo, otras hormonas afectan sólo a tejidos determinados. Por ejemplo, la adrenocorticotropina de la hipófisis anterior estimula de manera específica la corteza suprarrenal y la hace secretar las hormonas corticosuprarrenales, mientras que las hormonas ováricas tienen efectos específicos sobre los órganos sexuales femeninos y sobre los caracteres sexuales secundarios del cuerpo de la mujer.

Principales hormonas

Las hormonas más importantes secretadas por las principales glándulas endocrinas son las siguientes:

Hormonas de la hipófisis anterior

1. Hormona del crecimiento. Produce crecimiento de casi todas las células y tejidos del cuerpo

2. Adrenocorticotropina. Hace que la corteza suprarrenal secrete hormonas corticosuprarrenales.

3. Hormona estimulante del tiroides. Hace que la glándula tiroides secrete tiroxina y triyodotironina.

4. Hormona folículo-estimulante (FSH). Causa crecimiento de los folículos ováricos ante de la ovulación y fomenta la formación de espermatozoides en el testículo.

5. Hormona luteinizante (LH). Desempeña una función muy importante para inducir la ovulación; hace que los ovarios secreten hormonas sexuales femeninas y que los testículos secreten testosterona.

6. Prolactina. Fomenta el desarrollo de las mamas y la secreción de leche.

Hormonas de la hipófisis posterior

1. Hormona antidiurética. También llamada vasopresina. Hace que los riñones retengan agua, incrementando así su contenido en el organismo. En grandes concentraciones produce vasoconstricción y eleva la presión arterial.

2. Oxitocina. Produce contracción del útero durante el parto, con lo que ayuda a la expulsión del feto. También hace que se expulse la leche de las mamas cuando el bebé succiona.

Corteza suprarrenal

1. Cortisol. Tiene múltiples funciones para regular el metabolismo de proteínas, carbohidratos y grasas.

2. Aldosterona. Reduce la excreción renal de sodio y aumenta la de potasio, elevando el contenido de sodio en el organismo y disminuyendo el de potasio.

Glándula tiroides

1. Tiroxina y triyodotironina. Incrementan la magnitud de las reacciones químicas en casi todas las células del cuerpo. De esta manera elevan el nivel general del metabolismo corporal.

2. Calcitonina. Fomenta el depósito de calcio en los huesos y, por tanto, disminuye la concentración de éste en el líquido extracelular.

Islotes de Langerhans del páncreas

1. Insulina. Fomenta la entrada de glucosa en la mayor parte de las células del cuerpo y de esta manera regula el metabolismo de casi todos los carbohidratos.

2. Glucagón. Aumenta la liberación de glucosa desde el hígado hacia los líquidos corporales.

Ovario

1. Estrógenos. Estimula el desarrollo de los órganos sexuales femeninos, las mamas y diversos caracteres sexuales secundarios. Su secreción está controlada por la hormona folículo-estimulante.

2. Progesterona. Su función principal es la de preparar el endometrio uterino para la anidación del óvulo fecundado. Ayuda a fomentar el desarrollo del aparato secretor de las mamas.

Testículo

1. Testosterona. Estimula el crecimiento de los órganos sexuales masculinos, fomenta también el desarrollo de los caracteres sexuales en el varón.

Glándula paratiroides

1. Parathormona. Regula la concentración de iones de calcio en el espacio extracelular al regular: a) la absorción de calcio desde el intestino, b) la excreción de calcio por el riñón, c) la liberación de calcio desde los huesos.

Controles endocrinos

Cuando las glándulas endocrinas no funcionan correctamente, las concentraciones de las diferentes hormonas en la sangre son superiores o inferiores a las normales y, en consecuencia, las funciones de los órganos se ven alteradas. Para controlar las funciones endocrinas, la secreción de cada hormona debe ser regulada dentro de unos límites precisos. El organismo requiere de sistemas que le permitan detectar, a cada momento, si necesita producir una mayor o menor cantidad de una hormona determinada.

El hipotálamo y la hipófisis secretan sus hormonas cuando detectan que la concentración en sangre de alguna otra hormona que ellos controlan es demasiado alta o demasiado baja. Entonces las hormonas hipofisarias se vierten al flujo sanguíneo para estimular la actividad en las glándulas que dirigen. Cuando la concentración en sangre de la hormona controlada es la adecuada, el hipotálamo y la hipófisis dejan de producir hormonas, ya que han detectado que no es necesaria más estimulación. Este sistema de retroalimentación regula todas las glándulas que están bajo el control hipofisario.

Algunas hormonas controladas por la hipófisis varían su concentración según programas previstos. Por ejemplo, el ciclo menstrual de una mujer implica fluctuaciones mensuales por parte de la hipófisis en la secreción de la hormona luteinizante y foliculoestimulante. También fluctúan de un mes a otro las concentraciones de las hormonas producidas en el ovario (estrógenos y progesterona). No se conoce exactamente el mecanismo de control de estos biorritmos por parte del hipotálamo y de la hipófisis.

Existen otros factores que estimulan la producción de hormonas. La prolactina, una hormona secretada por la hipófisis, es la responsable de que las glándulas mamarias produzcan leche. El bebé, al succionar el pezón, estimula a la hipófisis para que siga secretando prolactina. Igualmente, la succión aumenta la secreción de oxitocina, lo que provocará la contracción de los conductos lácteos y la conducción de la leche hacia el pezón para alimentar al bebé.

Los islotes del páncreas y las glándulas paratiroides, que no están bajo el control de la hipófisis, tienen sus propios sistemas para determinar cuándo es necesaria una mayor o menor secreción hormonal. Por ejemplo, la concentración en sangre de insulina aumenta rápidamente después de comer porque el organismo necesita procesar los azúcares de los alimentos. Sin embargo, si la concentración de insulina permaneciera elevada, disminuiría peligrosamente el valor de azúcar en la sangre.

Por último, existen algunos valores hormonales que varían por razones menos obvias. Las concentraciones de los corticosteroides y de la hormona del crecimiento son más altas por la mañana y más bajas a media tarde. No se ha encontrado una razón que explique estas variaciones diarias.