Autora: Ana Muñoz
El hipoestrés sucede cuando no tenemos en nuestras vidas la cantidad de estrés suficiente. Para sentirnos vivos y con energía, necesitamos sentir un tipo de estrés positivo llamado euestrés, que sucede cuando en la vida de una persona hay estímulos, creatividad, retos que le resultan estimulantes y le hacen tener sensación de logro, así como actividad física con la que disfruta y le aporta energía.
Cuando nuestro nivel de estrés es demasiado bajo, nos sentimos aburridos, con falta de motivación, creatividad e inspiración.
Las personas que padecen hipoestrés sienten que tienen poco o nada de qué preocuparse, no tienen ningún reto que superar, no tienen nada que hacer o no saben qué hacer con su tiempo. Tienen falta de entusiasmo y sus vidas les resultan monótonas, rutinarias e insípidas.
A menudo estas personas no sienten ningún entusiasmo por las cosas o personas que les rodean. Incluso una afición o deporte puede empezar a resultar monótono y aburrido cuando se ha convertido en algo rutinario que no supone ningún reto. En ocasiones pueden comer en exceso, recurrir al alcohol o tener problemas de salud por falta de ejercicio.
No es raro que sientan una sensación continua de inquietud debido a que quieren obtener algo más de la vida pero no son capaces de lograrlo. Cuando ven que no consiguen motivarse ni ser creativos, pueden acabar sintiéndose deprimidos, lo cual agrava el problema.
Cuando hay una falta de estímulos en sus vidas, las personas experimentan un estado de ansiedad existencial, porque empiezan a ver sus vidas como carentes de sentido. No obstante, solo tú puedes hacer que tu vida vuelva a recuperar el sentido implicándote en actividades que te hagan sentir vivo de nuevo.
Si padeces hipoestrés, necesitas más estimulación en tu vida y realizar más actividades que te hagan sentir bien, te supongan un reto, te aporten energía y vitalidad. Haz ejercicio, haz cambios en tu vida y en tu rutina, haz que tus días sean más variados. Puedes hacer una lista con las cosas que te gustaría hacer y que te resultarían estimulantes y luego elegir las que sean más fáciles de llevar a la práctica. Por ejemplo, hacer deporte, hacer un trabajo de voluntario, hacer alguna reforma en tu casa, como pintar las paredes de una habitación, visitar lugares nuevos, aprender algo nuevo, como un idioma, etc.
Hipoestrés y depresión
A veces, el hipoestrés puede estar asociado a la depresión o a un estado de ánimo algo deprimido. En estos casos, el hipoestrés puede ser tanto la causa como la consecuencia. Por ejemplo, una vida vacía, sin alicientes y aburrida puede ser la causa de la depresión. Sin embargo, una depresión que aparece por otros motivos puede hacer que te aísles de los demás, se te quiten las ganas de hacer cosas y acabes convirtiendo tu vida en algo monótono y aburrido, es decir, acabas en una situación de hipoestrés que agrava tu depresión.
Si te estás sintiendo como se describe en este artículo, es importante que dediques un tiempo a reflexionar sobre tu vida, tus emociones, los problemas que puedas estar teniendo, etc., para tener claro qué es lo que te pasa y qué medidas puedes tomar para empezar a solucionarlo.
Si no tienes clara la fuente de tu malestar, no dudes en acudir a un psicólogo, aunque solo sea para una sesión o dos que te sirvan para aclarar tu situación.