Autora: Ana Muñoz
Si una persona a la que quieres tiene un trastorno de la alimentación, puede ser duro para ti ver que todos tus intentos de ayudarle no conducen más que a discusiones y distanciamiento, de manera que tienes la impresión de que no puedes hacer nada. Pero lo cierto es que lo mejor que puedes hacer es aceptar a esa persona tal y como es, con todos sus problemas e inseguridades con la comida y con su peso y ofrecerle tu cariño o amistad a pesar de todo.
Si estás constantemente presionando a esta persona para que cambie, solo conseguirás que te evite. Compartid actividades o entretenimiento que no tengan nada que ver con la comida, como salir a dar un paseo, ir al campo, al cine, practicar algún deporte, etc.
No se trata de que ignores lo que está pasando. Dile que sabes que tiene un trastorno de la alimentación y que piensas que debería ir a terapia y hacer todo lo posible por superarlo y dile que puede contar contigo para lo que quiera, que puedes ayudarle a encontrar un psicólogo y a intentar superarlo. Pero luego no insistas más sobre ese tema. Esta persona necesita saber que no la vas a rechazar por lo que le sucede, que la aceptas tal y como es y que reconoces que se trata de su vida y de su cuerpo y la decisión última sobre lo que va a hacer le corresponde tomarla a ella.
Muchas personas con trastornos de la alimentación se obsesionan tanto con la comida que dejan de hacer muchas actividades que antes realizaban, incluyendo las salidas con amigos. Cuanto más centre su atención alrededor de su trastorno, más lo estará intensificando y perpetuando. Por este motivo, puede servirle de gran ayuda que la empujes suavemente a implicarse en más actividades que puedan resultarle agradables y que le ayuden a distraer su mente y no estar tan centrada en la comida y el peso. Por tanto, ayúdale a enriquecer su vida todo lo que puedas (y te deje).
Sé un buen ejemplo. Si tú también haces dieta y tienes ciertas preocupaciones con tu peso, empieza por cambiar tú: haz una alimentación sana, ejercicio moderado y no te preocupes en exceso por tu peso.
Busca información sobre trastornos alimenticios para dársela, ya sea libros de autoayuda, páginas web sobre este tipo de trastornos o de personas que lo han superado, etc.
Ten en cuenta, que la persona con trastornos de la alimentación puede tener contradicciones y conflictos internos respecto a su enfermedad, de manera que a veces reconocerá que tiene un problema y se propondrá hacer todo lo que pueda por solucionarlo, mientras que otras veces olvidará todas esas promesas y tan solo querrá entregarse a su trastorno por completo y olvidarse de todo lo demás. Acepta estos altibajos como algo normal.
Dado que es muy probable que tenga una nutrición deficiente, proponle que tome suplementos de multivitaminas y minerales. No recurras a los que venden en las farmacias, pues suelen tener dosis demasiado bajas, sino a los que puedes adquirir en herboristerías.