Autora: Ana Muñoz

A veces, las personas están tan centradas en su mundo exterior (el trabajo, los estudios, las responsabilidades y obligaciones, el cuidado de otros, etc.) que apenas tienen tiempo para plantearse si están cuidando bien de sí mismas.

A veces pueden bastar algunos pequeños cambios en el estilo de vida para hacerlo más saludable, lo cual, a su vez nos permitirá tener más fuerzas para llevar el ritmo, a veces demasiado intenso, de nuestra vida diaria.

Evalúate a ti mismo

Si quieres empezar a cuidarte mejor, primero has de conocer en qué áreas de tu vida no lo estás haciendo bien. Para ello, hazte preguntas como las siguientes:

¿Me siento deprimido, cansado, insatisfecho, triste?
¿Me siento estresado, irritable, sobrecargado?
¿Estoy durmiendo bien y las horas necesarias?
¿Me estoy alimentando de un modo sano y en horarios adecuados?
¿Dedico un tiempo apropiado al ejercicio?
¿Tengo una vida social satisfactoria?
¿Dedico tiempo al ocio y a relajarme?

La respuesta a estas preguntas te ayudarán a crear un plan de acción para introducir algunos cambios en tu vida.

Diviértete

A veces, las personas están tan enfrascadas en el trabajo y las responsabilidades que se olvidan de lo importante que es dedicar tiempo al ocio y la diversión. De hecho, las personas que se conceden a sí mismas placeres o caprichos, son más capaces de superar una enfermedad grave que las que no lo hacen.

Busca actividades que te resulten placenteras, agradables, divertidas o relajantes, actividades que te hagan disfrutar. Esos ratos de ocio te servirán para reponer fuerzas, te darán energía para seguir adelante con el trabajo y las obligaciones, te pondrán de mejor humor y darán a tu vida un sentido más amplio. Por este motivo, son tan importantes para la salud como comer bien o hacer ejercicio.

Haz ejercicio

Los adultos necesitan al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día, como caminar un par de kilómetros a paso rápido.

Un rato de ejercicio cada mañana puede ayudarte a incrementar tu nivel de energía para el resto del día. Puedes variar los ejercicios a lo largo de la semana.

Si te cuesta trabajo empezar a hacer ejercicio, comienza por un periodo corto de tiempo, como 5 minutos e incrementa el tiempo gradualmente.

Come bien

Los malos hábitos como saltarse comidas, tomar algo de alto contenido energético para quitar el hambre, o tomar comida basura, están bastante extendidos entre estudiantes y trabajadores con horarios apretados.

No obstante, la alimentación influye mucho en nuestro estado de bienestar general, nuestro nivel de energía y nuestro estado de ánimo. Si deseas sentirte bien, has de empezar por alimentarte bien.

Una estrategia para las personas que disponen de poco tiempo libre consiste en preparar el domingo la comida para toda la semana y guardarla o congelarla de manera separa para cada día.

Duerme bien

Los expertos recomiendan que ha de dormirse entre 7 y 9 horas diarias, según las necesidades de cada persona. Las personas que no duermen bien pueden tener problemas para concentrarse, para memorizar, para realizar tareas complejas o para analizar nueva información. La falta de sueño también puede dar lugar a cambios de humor o incrementarlos, y a estrés y ansiedad

El horario de sueño ha de establecerse de un modo fijo, de manera que te acuestes y te levantes siempre a la misma hora, con pocas excepciones. Si las preocupaciones o cosas pendientes no te dejan dormir, ten a mano un bloc de notas para apuntar los temas que surjan en tu mente, con la intención de pensar en ellos al día siguiente, y no en ese momento.

Habla y comparte tus sentimientos

Tener amigos que constituyan un grupo de apoyo es una parte importante de la salud.

Se trata de personas en quienes confiar y a quienes recurrir en los momentos de estrés o malestar emocional. Los amigos pueden proporcionarte otro punto de vista, aconsejarte, decirte cuándo estás exagerando, etc. Por tanto, aunque tampoco es necesario que lo cuentes todo, no te guardes siempre los problemas para ti mismo. Comparte con otros lo que sientes.

Si no cuentas con un grupo de apoyo o no te sirven de ayuda en ciertos momentos, no dudes en recurrir a un psicólogo, pues no sólo te ayudará a superar el problema actual, sino que te enseñará estrategias psicológicas para afrontar mejor los problemas en el futuro.