Autora: Ana Muñoz
El trastorno por atracón es un trastorno de la alimentación que consiste en comer grandes cantidades de alimentos (atracones) en un corto periodo de tiempo. Durante el atracón suelen comer con gran rapidez, incluso aunque no tengan hambre, hasta sentirse excesivamente llenos e incómodos, pudiendo pasar hasta dos horas seguidas comiendo. Este trastorno suele comenzar al final de la adolescencia o principios de la edad adulta, a menudo tras una etapa de dieta.
Las personas que padecen este trastorno se muestran incapaces de controlar su conducta y se sienten culpables y avergonzadas después de cada atracón. Aunque se proponen una y otra vez que no va a volver a suceder, cuando sienten el impulso de comer tienen muchos problemas para resistirse y acaban cediendo.
Los atracones no están relacionados con la sensación de hambre, sino con problemas psicológicos, que son los verdaderos causantes del trastorno. Suele tratarse de personas con problemas de ansiedad, depresión o trastornos de personalidad, tienen una baja autoestima y sienten disgusto por su propio cuerpo (su aspecto físico, su peso, etc.).
Casi nunca es el hambre lo que desencadena el atracón, sino cualquier tipo de malestar emocional, como ansiedad, angustia, depresión, sentirse mal con el propio cuerpo, problemas en sus relaciones, estrés, sentimientos de soledad, etc. Es decir, usan los atracones como un modo de afrontar el estrés y los problemas emocionales porque no han aprendido modos más sanos de hacerlo y tienen serios problemas para afrontar y manejar el estrés de manera adecuada. Generalmente, la tensión y malestar que sienten solo se alivia a través de la comida. Mientras están comiendo, todo el malestar emocional desaparece como por arte de magia, se sienten bien y se olvidan incluso de sí mismos y de sus problemas.
Los atracones frecuentes suelen causar sobrepeso y obesidad, y esto aumenta su malestar emocional y su autodesprecio, reforzando el trastorno. Cuanto peor se sienten consigo mismos y con su cuerpo, con más frecuencia usan la comida como un modo de afrontar el dolor emocional debido al alivio momentáneo y la sensación de bienestar que produce la comida, pero después se sienten aún peor consigo mismos, de manera que se crea un ciclo difícil de romper. Aunque muchas personas con este trastorno tienen sobrepeso, otros tienen un peso normal.
Al contrario de lo que sucede en la bulimia, estas personas no realizan conductas destinadas a compensar el atracón, como vomitar, ayunar o hacer ejercicio en exceso.
Cuando están con otros comen de forma normal y tratan de ocultar por todos los medios su problema con la comida a los ojos de los demás.
Consecuencias para la salud
Las personas con trastorno por atracón tienen más problemas de salud, psicológicos y sociales que el resto de las personas. No es raro que tengan estrés, insomnio, ideas suicidas, depresión, ansiedad o problemas por abuso de sustancias.
Con el tiempo, suele dar lugar a obesidad, así como las complicaciones derivadas de ella, como diabetes tipo II, colesterol alto, problemas de vesícula biliar, hipertensión, dolores articulares y musculares, enfermedad cardiaca, problemas gastrointestinales.
Causas del trastorno por atracón
Tienen más probabilidades de desarrollar este trastorno las personas que han estado sometidas a críticas frecuentes por su peso o su cuerpo o cuyos padres usaban la comida para consolar, recompensar o castigar a sus hijos, así como las personas víctimas de abuso sexual en la infancia.
No es raro que tengan también una depresión, así como problemas para manejar y expresar sus emociones, manejar el estrés de manera constructiva y controlar sus impulsos, así como sentimientos de soledad, baja autoestima e insatisfacción con su cuerpo.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento debe abordar tanto las causas subyacentes al trastorno (como depresión, baja autoestima, problemas para manejar el estrés, imagen corporal negativa, problemas en sus relaciones con los demás, etc.) como la obesidad, enseñando modos sanos y efectivos de perder peso y mantener un peso adecuado y sano a través del tiempo.