Autora: Ana Muñoz


Trastorno por uso de alcohol

El trastorno por uso de alcohol consiste en un patrón de uso de alcohol problemático que da lugar a problemas en el funcionamiento normal de una persona o a un malestar significativo. Se caracteriza por una serie de conductas que incluyen el deseo de alcohol, la tolerancia y el síndrome de abstinencia.

El síndrome de abstinencia consiste en una serie de síntomas que aparecen entre 4 y 12 horas después de un consumo elevado de alcohol. Dado que estos síntomas pueden ser muy intensos y desagradables, la persona sigue tomando alcohol para reducirlos. Algunos de estos síntomas (por ejemplo, los problemas de sueño), pueden persistir, en una intensidad más baja, durante meses y contribuir a la recaída.

El deseo de alcohol consiste en un deseo intenso de consumir alcohol que hace difícil pensar en cualquier otra cosa que no sea el modo de conseguirlo.

La tolerancia es una consecuencia de la adaptación del cuerpo al alcohol. El aumento de la tolerancia significa que, conforme se bebe alcohol de forma repetida, la cantidad de alcohol necesaria para producir el mismo efecto va aumentando.

Síntomas del trastorno por uso de alcohol

Según el DSM-V, el trastorno por uso de alcohol se define como:

Un patrón problemático de uso de alcohol que da lugar a un deterioro o malestar clínicamente significativo que ocurre dentro de un periodo de 12 meses y se manifiesta por, al menos, dos de lo siguiente:

1. Se toma alcohol en grandes cantidades durante un periodo de tiempo más largo del pretendido.

2. Existe un fuerte deseo o intento infructuoso de reducir el uso de alcohol o controlarlo.

3. Se dedica una gran cantidad de tiempo a realizar actividades encaminadas a conseguir alcohol, usarlo o recuperarse de sus efectos.

4. Se produce un fuerte deseo de tomar alcohol.

5. El uso recurrente de alcohol da lugar a un fracaso a la hora de satisfacer obligaciones importantes en el trabajo, estudios o casa.

6. Se sigue usando el alcohol a pesar de tener problemas sociales o interpersonales recurrentes causados o exacerbados por el uso de alcohol.

7. Se reducen o dejan de realizarse determinadas actividades sociales, laborales o de ocio debido al uso de alcohol.

8. Uso recurrente de alcohol en situaciones en las que es físicamente peligroso.

9. Se sigue tomando alcohol a pesar de saber que se tiene un problema físico o psicológico recurrente o persistente probablemente causado o exacerbado por el alcohol.

10. Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes puntos:

  • Se necesitan cantidades más grandes de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
  • El efecto del alcohol ha disminuido bastante tomando las mismas cantidades.

11. Síndrome de abstinencia, que se manifiesta por cualquiera de los siguientes puntos:

Consecuencias

El rendimiento en el trabajo o estudios puede verse afectado debido tanto al hecho de estar intoxico por alcohol en el trabajo o clase como al efecto posterior a la bebida.

Aumenta el absentismo laboral o escolar.

Pueden ser negligentes en el cuidado de los hijos, en caso de tenerlos, o con otras responsabilidades de sus vidas diarias.

El alcohólico puede usar alcohol en circunstancias que pongan en peligro su vida o la de los demás, como beber mientras conduce.

Problemas en sus relaciones sociales (discusiones con su pareja, maltrato a sus hijos, pérdida de empleo, etc.)

Problemas psicológicos (por ejemplo, depresión) y físicos (como enfermedad hepática).

Los efectos del alcohol

La ingesta repetida de altas cantidades de alcohol puede afectar a prácticamente todos los órganos del cuerpo, sobre todo el sistema gastrointestinal, el sistema cardiovascular y el sistema nervioso.

Entre los problemas gastrointestinales causados por el alcohol se encuentra la gastritis, úlceras duodenales o de estómago, cirrosis hepática y pancreatitis. También hay una probabilidad mayor de padecer cáncer de estómago, esófago y otras partes del tracto gastrointestinal.

Los problemas del corazón son menos frecuentes pero tienen una probabilidad mayor entre las personas que beben mucho.

El sistema nervioso se ve también afectado por el alcohol. La neuropatía periférica se manifiesta en forma de debilidad muscular y problemas para controlar los músculos (por ejemplo, le cuesta abrocharse los botones), parestesia (hormigueo, adormecimiento) y pérdida de sensibilidad en brazos y piernas. Pueden aparecer también deficiencias cognitivas, problemas de memoria y cambios degenerativos en el cerebelo.

Los efectos en el sistema nervioso pueden estar relacionados directamente con el alcohol o deberse a deficiencias de vitaminas (sobre todo las vitaminas del grupo B, especialmente la tiamina, que suelen ser deficientes en los alcohólicos).

El trastorno por uso de alcohol puede aumentar el riesgo de suicidio durante una intoxicación por alcohol severa durante un trastorno depresivo o bipolar inducido por el alcohol.