Autora: Ana Muñoz

Las plantas medicinales han sido utilizadas desde tiempos antiguos para tratar diversos trastornos emocionales, como la ansiedad y el estrés. Estas plantas contienen compuestos activos que interactúan con el cuerpo humano de manera que ayudan a equilibrar el sistema nervioso y generan una sensación de bienestar.

1. Valeriana (Valeriana officinalis)

La valeriana es una planta perenne que se encuentra en diversas regiones de Europa y Asia. Se utiliza principalmente su raíz, que contiene compuestos como los valepotriatos y los ácidos valerenicos, que actúan sobre el sistema nervioso central. La valeriana es conocida por sus propiedades calmantes y sedantes.

Propiedades terapéuticas: la valeriana es particularmente útil para combatir el insomnio, la ansiedad y el estrés. Sus compuestos activos promueven la relajación muscular y mental, reduciendo la tensión y ayudando a conciliar el sueño. También puede aliviar la irritabilidad y los nervios, mejorando el estado de ánimo y la concentración.

Forma de uso: se puede consumir en infusión, cápsulas o tintura. La dosis usual para el tratamiento de la ansiedad varía entre 300 y 600 mg al día, dependiendo de la forma de presentación. Para mejorar el sueño, se recomienda tomar valeriana entre 30 minutos y 2 horas antes de acostarse.

Precauciones: el uso de valeriana no se recomienda en combinación con sedantes o alcohol debido a sus efectos potenciadores sobre el sistema nervioso. Las personas con enfermedades hepáticas o aquellas que están embarazadas o en periodo de lactancia deben consultar con un profesional de la salud antes de su uso.

2. Pasiflora (Passiflora incarnata)

La pasiflora, también conocida como flor de la pasión, es una planta trepadora originaria de América. Sus flores y hojas contienen flavonoides, alcaloides y glicosidos que son responsables de sus efectos ansiolíticos y calmantes.

Propiedades terapéuticas: la pasiflora es especialmente eficaz para reducir los síntomas de la ansiedad, el insomnio y la tensión nerviosa. Ayuda a calmar la mente, produce un estado de relajación y mejora la calidad del sueño. Además, tiene propiedades antiespasmódicas que pueden aliviar los dolores musculares y los calambres.

Forma de uso: la pasiflora se puede consumir en forma de infusión, extracto líquido o en cápsulas. La dosis típica para la ansiedad es de 30 a 60 gotas de extracto o una taza de infusión diaria.

Precauciones: aunque es generalmente segura, la pasiflora puede causar somnolencia. No se debe combinar con otros sedantes o medicamentos para el insomnio sin consultar a un médico. También se debe evitar en mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.

3. Manzanilla (Matricaria chamomilla)

La manzanilla es una planta herbácea que se cultiva en Europa, Asia y América del Norte. Sus flores contienen flavonoides, aceites esenciales y compuestos fenólicos que contribuyen a sus propiedades calmantes y antiinflamatorias.

Propiedades terapéuticas: la manzanilla es conocida por su capacidad para calmar el sistema nervioso, ayudando a reducir la ansiedad, el insomnio y los trastornos digestivos relacionados con el estrés. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas que alivian la tensión muscular y la irritabilidad.

Forma de uso: la manzanilla se utiliza comúnmente en infusión. Para obtener sus beneficios, se recomienda consumir una o dos tazas al día. También está disponible en forma de cápsulas o tintura.

Precauciones: aunque generalmente es segura, la manzanilla puede interactuar con ciertos medicamentos, como los anticoagulantes. Las personas con alergias a las plantas de la familia Asteraceae (como margaritas y crisantemos) deben evitarla.

4. Lavanda (Lavandula angustifolia)

La lavanda es una planta aromática que se encuentra en la región mediterránea. Es famosa por su fragancia relajante y sus flores contienen aceites esenciales ricos en compuestos como el linalol y el acetato de linalilo, que tienen efectos sedantes y calmantes.

Propiedades terapéuticas: la lavanda es especialmente eficaz para reducir la ansiedad, el estrés y la tensión nerviosa. Su aceite esencial se utiliza en aromaterapia para inducir un estado de relajación. Además, la lavanda puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y reducir los dolores de cabeza relacionados con el estrés.

Forma de uso: el aceite esencial de lavanda se puede utilizar en un difusor de aromaterapia o aplicarlo de forma tópica diluido en aceite base. También está disponible en cápsulas y tinturas.

Precauciones: el aceite esencial de lavanda debe usarse con precaución en mujeres embarazadas y niños menores de 2 años. No debe aplicarse directamente sobre la piel sin diluir, ya que puede causar irritación.

5. Melisa (Melissa officinalis)

La melisa es una planta perenne que se cultiva en Europa y Asia. Sus hojas tienen un aroma cítrico característico debido a los aceites esenciales que contienen, como el ácido rosmarínico, que tiene propiedades calmantes.

Propiedades terapéuticas: la melisa es ideal para reducir el estrés y la ansiedad. Tiene efectos ansiolíticos y también es útil para tratar trastornos digestivos relacionados con la ansiedad, como la indigestión o los cólicos. Además, mejora la calidad del sueño y tiene efectos antioxidantes que benefician el sistema inmunitario

Forma de uso: la melisa se puede consumir en infusión o bien en cápsulas o tintura. Para los trastornos de ansiedad, se recomienda tomar de 300 a 600 mg al día en forma de extracto estandarizado.

Precauciones: en general, la melisa es segura, pero puede causar somnolencia en algunas personas. Evítese su uso junto con otros sedantes sin la supervisión de un profesional de la salud.

6. Tilo o Tila (Tilia platyphyllos / Tilia cordata)

El tilo es un árbol que se encuentra en diversas partes de Europa y América del Norte. Sus flores contienen flavonoides, mucílagos y aceites esenciales que le otorgan propiedades relajantes y sedantes.

Propiedades terapéuticas: el tilo es conocido por su capacidad para reducir la ansiedad y el estrés. Se utiliza para aliviar los síntomas de nerviosismo, insomnio y dolores de cabeza relacionados con la tensión. También tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a calmar el malestar físico asociado con el estrés.

Forma de uso: la infusión de flores de tilo es la forma más común de consumo. Se recomienda tomar una taza al día, preferiblemente antes de acostarse.

Precauciones: el tilo puede interactuar con medicamentos que afectan el sistema nervioso, como los ansiolíticos. No se recomienda durante el embarazo o la lactancia sin la supervisión de un médico.

7. Ashwagandha (Withania somnifera)

La ashwagandha es una planta adaptógena originaria de la India. Sus raíces y bayas contienen withanólidos, compuestos que ayudan a equilibrar las respuestas del cuerpo al estrés. Esta planta se ha utilizado durante siglos en la medicina ayurvédica por sus propiedades revitalizantes y calmantes.

Propiedades terapéuticas: la ashwagandha es conocida por sus propiedades adaptógenas, lo que significa que ayuda al cuerpo a adaptarse a situaciones de estrés, mejorando la resistencia física y mental. Además, puede reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y combatir el agotamiento. También tiene propiedades antiinflamatorias, lo que la convierte en una excelente opción para aliviar el estrés tanto físico como emocional.

Forma de uso: se puede consumir en polvo, cápsulas o extracto líquido. La dosis recomendada para el manejo del estrés y la ansiedad es de 300 a 500 mg de extracto estandarizado al día.

Precauciones: la ashwagandha es generalmente segura, pero puede interactuar con medicamentos que afectan el sistema nervioso o la función tiroidea. Las personas con problemas tiroideos o aquellas que están embarazadas o en periodo de lactancia deben consultar a un médico antes de su uso.

8. Rhodiola (Rhodiola rosea)

La rhodiola es otra planta adaptógena que se encuentra en regiones frías de Europa y Asia. Sus raíces contienen compuestos activos como rosavinas y salidrosidos, que ayudan a reducir el estrés y mejorar el rendimiento físico y mental.

Propiedades terapéuticas: la rhodiola es conocida por mejorar la capacidad del cuerpo para resistir el estrés y la fatiga. Se utiliza para aliviar los síntomas de ansiedad, depresión y agotamiento y también se ha demostrado que mejora el estado de ánimo y la claridad mental.

Forma de uso: generalmente, se consume en forma de cápsulas o extracto. La dosis habitual para reducir el estrés y mejorar la energía varía entre 200 y 600 mg al día.

Precauciones: aunque es segura para la mayoría de las personas, la rhodiola puede causar insomnio o irritabilidad si se toma en dosis altas. No se recomienda en mujeres embarazadas o lactantes, ni en personas con trastornos psiquiátricos graves sin la orientación de un profesional de la salud.

9. Ginseng (Panax ginseng)

El ginseng es una planta perenne que crece en las regiones frías de Asia y América del Norte. Se distingue por sus raíces gruesas, que contienen ginsenósidos, los cuales tienen efectos estimulantes y adaptógenos sobre el cuerpo.

Propiedades terapéuticas: el ginseng es ampliamente conocido por sus propiedades energizantes y adaptógenas. Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad al mejorar la resistencia física y mental. También aumenta la concentración, la memoria y el rendimiento cognitivo, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes padecen fatiga relacionada con el estrés.

Forma de uso: se consume comúnmente en forma de cápsulas, extractos o infusiones. La dosis recomendada varía entre 200 y 400 mg de extracto estandarizado por día.

Precauciones: el ginseng puede causar nerviosismo o insomnio si se toma en dosis altas. Las personas con hipertensión, problemas cardíacos o aquellas que estén embarazadas o lactando deben evitarlo o consultar a un profesional antes de usarlo.

10. Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)

La hierba de San Juan es una planta herbácea que se encuentra en Europa, Asia y América del Norte. Es famosa por sus flores amarillas, que contienen hipéricos, flavonoides y taninos, que le otorgan propiedades ansiolíticas y antidepresivas.

Propiedades terapéuticas: la hierba de San Juan es conocida por su capacidad para mejorar el estado de ánimo y tratar los síntomas de la depresión leve a moderada. También tiene efectos calmantes que pueden aliviar la ansiedad y el estrés. Se ha utilizado durante siglos como tratamiento natural para trastornos emocionales.

Forma de uso: Se puede consumir en forma de cápsulas, tintura o infusión. La dosis usual para la depresión leve es de 300 a 900 mg de extracto estandarizado al día.

Precauciones: la hierba de San Juan puede interactuar con una variedad de medicamentos, incluidos los anticoagulantes, anticonceptivos y antidepresivos. No se debe usar junto con medicamentos para la depresión sin supervisión médica. Además, puede causar fotosensibilidad, por lo que es importante evitar la exposición al sol en exceso.

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