Autora: Ana Muñoz

Miedo

Todos hemos sentido miedo en más de una ocasión. El miedo es una emoción que surge cuando interpretamos una situación como peligrosa, como cuando un coche está a punto de atropellarnos. El miedo tiene como objetivo alertarte y empujarte a tomar medidas para evitar el peligro, como huir, luchar o pedir ayuda.

Por ejemplo, si vas caminando por el campo y ves un lobo, es muy probable que interpretes la situación como peligrosa y sientas miedo. Pero entonces te das cuenta de que te has equivocado, y no se trata de un lobo sino de un perro que, además parece tener un comportamiento amistoso. Entonces interpretas la situación como segura y el miedo desaparece. Por tanto, tu interpretación de la situación es muy importante a la hora de determinar lo que sientes.

Ansiedad

Así pues, el miedo es la respuesta ante una situación real (que estás viviendo) que interpretas como peligrosa. La ansiedad, en cambio, es la respuesta ante una situación imaginada, que no está sucediendo ahora mismo, sino que es algo que va a ocurrir o que crees que podría ocurrir en el futuro y que es interpretada como una amenaza, que puede ser tanto física (la posibilidad de tener un accidente de tráfico, la posibilidad de encontrarte con un lobo en el campo), como psicológica (quedar en ridículo delante de todos).

Es decir, la ansiedad se produce cuando miras hacia el futuro y piensas que vas a vivir una situación que crees que tendrá consecuencias horribles para ti. Así pues, de nuevo, es tu interpretación de la situación la que determina lo que vas a sentir, solo que, en este caso, la situación aún no ha sucedido. La ansiedad está producida por las “horribles” consecuencia que algo podría tener de llegar a producirse.

Por ejemplo, si tienes que hablar en público y sientes ansiedad ante la posibilidad de quedarte sin palabras y hacer el ridículo, seguramente vas a sentir un gran malestar durante horas o días antes de la fecha prevista para la charla, incluso aunque al final la charla se cancele y no llegue a suceder nunca.

Fobia

Una fobia es un miedo intenso a algo a lo que la mayoría de las personas no le tienen miedo, pues no supone una amenaza real o bien la probabilidad de que la situación llegue a ser una amenaza es muy baja. Por ejemplo, el miedo a volar en avión; aunque existe una posibilidad de que el avión se estrelle, la probabilidad es extremadamente baja y la mayoría de las personas consideran esta situación lo bastante segura como para no tener miedo.

Cuando la reacción de miedo es extrema, puede producirse un ataque de pánico. Durante el ataque de pánico, además de sentir un miedo intenso, se produce una sensación de presión en el pecho, aceleración de la frecuencia cardiaca, sudoración, mareo, temblor y sensación de falta de aire. Algunas personas se sienten como si estuvieran en un sueño, como si fueran a volverse locas y como si no tuvieran control sobre su cuerpo, o tienen miedo de tener un ataque cardiaco como consecuencia del pánico.

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