Autora: Ana Muñoz
La prospección consiste en la exploración y representación de posibilidades futuras y es una característica de la mente humana que a menudo guía nuestro comportamiento y ejerce una influencia en nuestro propio futuro.
Durante mucho tiempo, se ha tendido a ver la conducta humana como algo dirigido por el pasado, las circunstancias presentes y el estado interno. Sin embargo, las personas usamos con frecuencia la prospección para imaginar posibles escenarios futuros y elegir la acción que creemos que nos llevará a ese futuro imaginado. El pasado es utilizado para extraer la información que nos servirá para hacer ese análisis prospectivo.
Así, aunque hasta hace poco se ha tendido a estudiar cómo el pasado determina el presente, la psicología prospectiva ha surgido ahora con fuerza para estudiar cómo el hecho de pensar acerca del futuro puede moldear el presente y el futuro mismo. Es decir, la evaluación de las posibilidades futuras, incluyendo la planificación, la predicción o el soñar despierto, moldean nuestras cogniciones, emociones, acciones y motivaciones para construir nuestro futuro.
Errores de prospección y problemas psicológicos
La prospección puede crear problemas cuando se usa de un modo inapropiado. Por ejemplo, puede contribuir a la aparición de problemas psicológicos como:
• Agorafobia: “Si salgo a un lugar público me desmayaré o reaccionaré como un loco”.
• Trastorno de pánico: “Si mi corazón empieza a latir con fuerza significa que voy a tener un ataque de pánico”.
• Trastorno obsesivo compulsivo: “Si no me lavo las manos continuamente contraeré alguna enfermedad”.
• Ansiedad generalizada. “Algo malo puede ocurrir en cualquier momento”.
• Depresión: la persona deprimida piensa que el futuro le traerá cosas malas y si intenta mejorar la situación no podrá hacer nada o lo hará mal y empeorará las cosas.
Como vemos, en todos estos trastornos existe una proyección hacia el futuro, pero esta prospección se usa de un modo negativo e ilógico que crea o mantiene el trastorno a lo largo del tiempo.
Cómo utilizar la prospección para mejorar
Del mismo modo que podemos usar la prospección para crearnos malestar y psicopatología, también podemos usarla para mejorar nuestras vidas y a nosotros mismos. Podemos trabajar directamente en nuestras ideas y visualizaciones del futuro para cambiar nuestro presente (y nuestro futuro). Estos son algunos modos de lograrlo:
1. Aumentar la prospección de alternativas
En el trastorno de pánico, por ejemplo, cuando una persona siente su corazón latir con rapidez piensa, que va a tener un infarto y esta creencia hace que aumente aún más el miedo. Sin embargo, existen otras alternativas diferentes que no está teniendo en cuenta, como que la aceleración cardiaca no sea más que la respuesta normal que se produce cuando se siente ansiedad o miedo, que el corazón está perfectamente preparado para soportar ese ritmo, etc. Es decir, la persona espera un desenlace futuro (negativo y poco realista) sin tener en cuenta otros posibles escenarios futuros. Por tanto, cada vez que empieces a imaginar un futuro negativo que hace que te sientas mal, trata de buscar otras posibles alternativas. Pregúntate: ¿Es este el único futuro que puedo esperar en estas circunstancias o existen otros posibles desenlaces futuros más realistas y positivos que no estoy teniendo en cuenta?
Estas alternativas futuras no solo se relacionan con lo que pensamos, sino también con lo que hacemos. Por ejemplo, una persona que ha pedido su empleo y no logra encontrar otro puede pensar: “jamás lograré encontrar trabajo”. Pero, tal vez, en el futuro que imagina está haciendo un trabajo igual al que tenía antes. Imaginar un futuro diferente, en el que ha explorado nuevas posibilidades y en el que encuentra un trabajo completamente distinto, puede hacer que salga de este estado de bloqueo y depresión.
Aprender a generar prospecciones alternativas no solo nos hace más eficaces para resolver nuestros problemas, sino que aumenta también nuestras habilidades imaginativas.
2. Desarrollar mejores habilidades de prospección.
Un buen modo de mejorar dichas habilidades consiste en utilizar un modo de pensar de “si… entonces…”. Por ejemplo: “Si hago tal cosa, puede suceder lo siguiente”; “Si sucede esto, puede significar tal cosa”. Es decir, imaginamos diversos escenarios futuros y sus posibles y diversas consecuencias y significados. De esto modo, practicamos imaginando muchos futuros diferentes y los diversos caminos que tenemos para llegar a ese futuro.
3. Refutar las prospecciones no realistas.
Cuando la persona agorafóbica piensa que si sale a la calle sentirá una gran ansiedad, se desmayará y se golpeará la cabeza contra el suelo, es una creencia falsa y exagerada. Pero las creencias se pueden discutir y refutar para hacerlas más lógicas y realistas. Estos son algunos artículos que pueden ayudarte a conseguirlo:
- La terapia racional emotiva: cómo modificar tus pensamientos
- El pensamiento constructivo
- ¿Estás deprimido? Cambia tu pensamiento
4. Crear significado y propósito.
Tener una sensación de significado y propósito en la vida protege a las personas de la aparición de psicopatología. Las personas que piensan que su vida no tiene ningún sentido tienen un mayor riesgo de suicidio. Por tanto, es importante hacer lo posible por dotar a nuestras vidas de significado. Y el mejor modo de hacerlo consiste en crear metas personales y significativas para nosotros y tratar de alcanzarlas, ya sea estudiar una determinada carrera, convertirte en una persona más amable, superar un determinado obstáculo, conseguir un trabajo mejor o mayores ingresos, aprender un idioma, ayudar a otros, etc. Busca metas alcanzables, que te motiven y te entusiasmen y sean importantes para ti.